La Novena del Abandono
(Dom Dolindo Ruotolo)

Siervo de Dios Padre Dolindo Ruotolo (1882-1970) fue un sacerdote franciscano que nació y vivió en Nápoles, Italia. Ordenado a la temprana edad de 23 años, el Padre Dolindo dedicó cada momento de su larga vida a la oración y la penitencia al servicio de miles de fieles que pedían su dirección espiritual y acudían a él en busca de ayuda y consuelo. Se ofreció a sí mismo como alma víctima por la humanidad, y fue ricamente bendecido por Dios, incluyendo profecías, milagros y conversaciones con Jesús. De hecho, su contemporáneo franciscano, San Padre Pío de Pietrelcina, dijo una vez a un grupo de peregrinos de Nápoles: “¿Por qué vienes aquí, si tienes a don Dolindo en Nápoles? ¡Ve a él, es un santo!” San Pío también le dijo una vez al Padre Dolindo que “todo el paraíso está en tu alma”.

Padre Dolindo es quizás más conocido hoy en día por la Novena del Abandono basada en las palabras que Jesús le dio y el Rosario del Abandono. Como Jesús le dijo una vez: “¿Por qué te confundes al preocuparte? Déjame a Mí el cuidado de tus cosas y todo se mantendrá en calma. Te digo que todo acto de verdadera, ciega y completo abandono a Mí, produce el efecto que deseas y resuelve toda situación complicada.”

Haga clic aquí para obtener más información sobre el Siervo de Dios Ruotolo

PRIMER DÍA

Jesús al alma: ¿Por qué te confundes al preocuparte? Déjame a Mí el cuidado de tus cosas y todo se mantendrá en calma. Te digo que todo acto de verdadera, ciega y completo abandono a Mí, produce el efecto que deseas y resuelve toda situación complicada.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

SEGUNDO DÍA

Jesús al alma: ¡Abandonarte a Mí no significa ni inquietarte, ni estar amargado, ni perder la esperanza, ni tampoco significa ofrecerme una oración pidiéndome que la siga y transformar la preocupación en oración! Está en contra de esta entrega, profundamente en contra, la preocupación, el estar nervioso y pensar en las consecuencias de todo. Es como la confusión que sienten los niños cuando le piden a su madre atender a sus necesidades y luego intentan ocuparse de esas necesidades por sí mismos con el fin de que sus intentos se entrometan en las acciones de su madre. Abandonarse significa cerrar plácidamente los ojos del alma, rechazar los pensamientos de tribulación y ponerte bajo mi cuidado para que sólo Yo actúe, diciéndome “Ocúpate tú, Jesús”.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

TERCER DÍA

Jesús al alma: ¡Cuántas cosas realizo cuando el alma, tanto en sus necesidades espirituales como en aquellos materiales, se vuelve a mí, me mira y diciéndome: “Jesús, ocúpate tú de ello”, cierra los ojos y reposa! Obtienes pocas gracias cuando te atormentas por producirlas, sin embargo, obtienes muchísimas cuando la oración es un encomendarse plenamente a Mí. En el dolor, tú oras para que Yo obre, pero para que obre como crees que debo obrar. No te diriges a Mí, sino que quieres que Yo me adapte a tus ideas; no eres un enfermo que pide al médico que lo cure, sino que le sugieres la cura.

No obres así, sino ora como te he enseñado en el Padrenuestro: santificado sea Tu nombre, es decir, sé glorificado en esta necesidad mía. Venga a nosotros Tu reino, o sea, que todo contribuya a tu reinado en nosotros y en el mundo. Hágase Tu voluntad así en la tierra, como en el cielo, es decir, dispón Tú Jesús en esta necesidad, como mejor Te parezca en lo que se refiere a nuestra vida temporal y eterna. Si me dices de verdad: “hágase Tu voluntad”, que es lo mismo que decir: “Jesús, ocúpate Tú de ello”, yo intervendré con toda Mi omnipotencia y venceré las mayores dificultades.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

CUARTO DÍA

Jesús al alma: ¿Tú ves que la enfermedad apremia en vez de menguar? No te turbes, cierra los ojos y dime con confianza: ‘Hágase Tu voluntad, Jesús, ocúpate Tú de ello’. Yo lo haré e intervendré como médico y hasta obraré un milagro cuando fuera menester. ¿Ves que el enfermo empeora? No te desanimes, sino cierra los ojos y di: ‘Jesús, ocúpate de ello’. Yo me ocuparé, no hay medicina más poderosa que una intervención Mía de amor.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

QUINTO DÍA

Jesús al alma: Cuando Yo te indique un camino diferente por el que vas, Yo te prepararé y te llevaré en brazos, dejaré que te encuentres –como los niños llevados en brazos- al otro lado del río. Lo que te duele inmensamente son tus razonamientos, tus preocupaciones y pensamientos, y tu deseo de afrontar lo que te afecta solo.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

SEXTO DÍA

Jesús al alma: No descansas nunca, quieres juzgarlo todo, escudriñarlo todo, pensar en todo y te abandonas así a las fuerzas humanas o peor, a los hombres, confiando sólo en su intervención. Es esto lo que obstaculiza y bloquea Mis palabras y Mis planes. ¡Oh, como deseo tu abandono para beneficiarte! ¡Y cuánto me aflijo al verte turbado! Satanás busca precisamente esto: turbarte para apartarte de Mí acción y arrojarte a la merced de sólo las iniciativas humanas. ¡Confía por eso sólo en Mí, reposa en Mí, abandónate a Mí en todo!

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

SÉPTIMO DÍA

Jesús al alma: Yo obro milagros en proporción del pleno abandono a Mí y a la ausencia de tus preocupaciones. ¡Yo derramo tesoros de gracia cuando tú estás en la plena pobreza (necesidad de Mí)! Ninguna persona de razón, o pensador, ha podido alguna vez hacer milagros, ni siquiera entre los santos. Pero aquel que se entrega a Dios, hace trabajos divinos. Así que no lo pienses más, porque la mente es aguda y para ti es muy difícil ver la maldad y a la vez confiar en Mí y olvidarte de ti mismo. Haz esto para todas tus necesidades, háganlo todos ustedes y verán grandes milagros silenciosos y continuos. Yo me encargaré de todas las cosas, te lo prometo.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

OCTAVO DÍA

Jesús al alma: Cierra los ojos y déjate llevar por la fluida corriente de Mi gracia; cierra los ojos y no pienses en el presente, alejando también del futuro los pensamientos, igual que lo harías con la tentación. Reposa en Mí, confía en Mi bondad y te prometo por Mi amor que si dices “Jesús, ocúpate tu”, que Yo me ocuparé de todo; Yo te consolaré, te libraré y te guiaré.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

NOVENO DÍA

Jesús al alma: Ruega siempre con esta disposición de abandono y tendrás gran paz y grandes frutos, incluso cuando Yo te concediera la gracia de la inmolación de reparación y de amor, que conlleva el sufrimiento. ¿Te parece imposible? Cierra los ojos y di con toda el alma: “Jesús, ocúpate Tú de ello”. No temas, Me ocuparé de ello y bendecirás Mi nombre humillándote. ¡Mil plegarias no valen lo que un solo acto de abandono vale: recuérdalo bien! No hay novena más eficaz que esta.

Repetir 10 veces:  O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo !

Rosario del Abandono

Dios, ven a ayudarme. Señor, date prisa en ayudarme.
Padre Nuestro…, 
Dios te salve María…,
Gloria al Padre…

1a Década: (10 veces en las cuentas pequeñas)
O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo!
Gloria al Padre…

2da Década: (10 veces en las cuentas pequeñas)
Madre María, me pongo en tus manos, guíame hacia tu hijo Jesús.
Gloria al Padre…

3ra Década: (10 veces en las cuentas pequeñas)
O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo!
Gloria al Padre…

4ta Década: (10 veces en las cuentas pequeñas)
Madre María, me pongo en tus manos, guíame hacia tu hijo Jesús.
Gloria al Padre…

5ta Década: (10 veces en las cuentas pequeñas)
O Jesús, yo me entrego a Ti, ¡ocúpate de todo!
Gloria al Padre…

En conclusión:
La Salve…