Coronilla de las 7
alegrías y dolores de San José
Incluso en la Iglesia primitiva, hombres santos como San Juan Crisóstomo describieron a San José en términos Ade una vida llena de tristezas y alegrías. Sin embargo, se dice que esta devoción particular de siete penas y alegrías se remonta a algún momento de la Edad Media, involucrando un incidente con dos sacerdotes franciscanos que viajaban en un barco a lo largo de la costa de Bélgica. Una tormenta estalló, hundiendo el barco, y durante tres días y tres noches, los dos sacerdotes se aferraron a una tabla, rezando a San José. En algún momento, San José se apareció a los sacerdotes, los condujo a un lugar seguro y les enseñó la práctica de recitar siete Padrenuestros y siete Avemarías en honor a sus siete dolores y siete gozos.
medida que crecía la devoción, el Venerable Gennaro Sarnelli (1702-1744) y otros formalizaron esto en una coronilla con meditaciones. A lo largo de los años, varios papas, como los papas Pío VII, Gregorio XVI, Pío IX y Pío XI, han otorgado indulgencias a esta devoción particular. Tradicionalmente, la Coronilla de los Dolores y Gozos de San José se reza los miércoles, o puede rezarse en una serie de siete domingos consecutivos.
Oraciones introductorias
Señal de la Cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
En el crucifijo: Acuérdate, oh castísimo esposo de la Virgen María y amable protector mío San José, que jamás se ha oído decir que ninguno haya invocado tu protección e implorado tu auxilio sin haber sido consolado. Lleno, pues, de confianza en tu poder, ya que ejerciste con Jesús el cargo de padre, vengo a tu presencia y me encomiendo a ti con todo fervor. No deseches mis súplicas, antes bien acógelas propicio y dígnate acceder a ellas piadosamente. Amén.
1) LA ENCARNACIÓN (Mt 1, 19-20)
San José, casto esposo de María, grande fue tu dolor cuando, al ver que María estaba embarazada, decidiste divorciarte silenciosamente de ella. Pero grande fue tu alegría cuando un ángel te aseguró el plan de Dios de tomar a María como tu esposa. Por este dolor y alegría, te pedimos que nos liberes de todas las ansiedades y dudas sobre nuestro futuro y llenes nuestros corazones de confianza en la poderosa protección de Dios y sus ángeles.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
2) NACIMIENTO DE JESÚS (Lc 2,7 y 10-11)
San José, elegido padre adoptivo del Verbo hecho carne, grande fue tu dolor al ver nacer al Niño Jesús en tanta pobreza. Pero grande fue tu alegría cuando contemplaste los coros celestiales de los ángeles y las visitas de adoración de los pastores y los magos. Por este dolor y alegría, te suplicamos que nos obtengas la gracia de que el Niño Jesús renazca en nuestros corazones y que, bendecidos con la dulce paz de Dios, podamos unirnos a ti después de nuestra muerte en la gozosa compañía de los ángeles.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
3) CIRCUNCISIÓN DE JESÚS (Lc 2,21-24)
San José, fiel a la ley de Dios, grande fue tu dolor al ver la preciosa sangre que fue derramada por el Niño Salvador durante su circuncisión. Pero grande fue tu alegría cuando le diste el Santo Nombre de Jesús que traería salvación a los pecadores. Por este dolor y alegría, obtén para nosotros la gracia de ser libres de todo pecado durante la vida, y de morir gozosos con el Santo Nombre de Jesús en nuestros corazones y en nuestros labios.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
4) PROFECÍA DE SIMEÓN Y ANA (Lc 2,24-38)
San José, grande fue tu dolor cuando escuchaste la profecía de Simeón sobre los futuros sufrimientos de Jesús y María. Pero grande fue tu alegría cuando Ana alabó a Jesús como el mesías y Simeón predijo que Jesús sería la luz para la revelación a los gentiles y la gloria de Su pueblo. Por este dolor y alegría, oramos para que podamos ver nuestra salvación, en Jesús, y alabar y dar gracias a Dios por la gracia de una muerte feliz.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
5) HUIDA A EGIPTO (Mt 2, 14 y Is 19, 1)
San José, guardián vigilante del Niño Jesús, grande fue tu dolor cuando, obedeciendo la voz del ángel, huiste a Egipto con María y tu hijo adoptivo. Pero grande fue tu gozo de tener a Dios mismo contigo y de ver los ídolos de los egipcios postrados ante Él. Por este dolor y alegría, te pido que nos ayudes a desterrar de nuestro corazón todos los hábitos pecaminosos o ídolos para que Jesús y María vengan y lleven nuestra alma al cielo.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
6) REGRESO DE EGIPTO (Mt 2, 22 y Lc 2, 39-51)
San José, cabeza y guardián de la Sagrada Familia, grande fue tu dolor cuando, al volver de Egipto, supiste que el cruel Arquelao reinaba en Judea. Pero grande fue tu alegría cuando fuiste dirigido a Nazaret donde viviste en paz con Jesús y María. Por este dolor y alegría, te pedimos que nos ayudes a vencer todos los ataques de los malos espíritus para que podamos morir en paz bajo la protección especial de Jesús y María.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
7) PÉRDIDA DE JESÚS EN EL TEMPLO (Lc 2, 45-46)
San José, patrono de los moribundos, grande fue tu dolor cuando por causas ajenas a ti perdiste al Niño Jesús durante tres días. Pero grande fue tu alegría cuando lo encontraste en el templo. Por este dolor y alegría, te pedimos que nos ayudes a no perder a nuestro Salvador por toda la eternidad, sino a encontrarlo en la Eucaristía y el templo de nuestros corazones, especialmente en la hora de nuestra muerte.
Ora 1 Padre Nuestro… y 1 Dios te salve María…
Oración final: Oh Dios, que en tu inefable providencia elegiste a San José para ser el esposo de tu Santísima Madre, concédenos, te suplicamos, que aquel a quien veneramos como nuestro protector en la tierra, sea nuestro intercesor en el cielo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.